domingo, 9 de diciembre de 2012

Feliz y Bendecida Semana

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

El que en él cree, no es condenado, pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
                                                                             San Juan 3:17-18.



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